Antropólogo estadounidense Tom Dillehay: “La cultura mapuche es mucho más compleja de lo que se cree”

El académico de la Universidad Austral de Chile (UACH), quien ha trabajado intensamente en el yacimiento arqueológico de Monte Verde, señala que el pueblo mapuche no solo destaca por su antigüedad, que se remonta a mil años, sino también por sus obras de ingeniería, como plataformas agrícolas artificiales y por los “kueles”, unos montículos rituales que se encuentran por todo el territorio mapuche, especialmente en el valle de Purén-Lumaco. En otro aspecto, en esta entrevista el especialista insiste en la idea de un museo para Monte Verde, un yacimiento arqueológico cercano a Puerto Montt, de 15 mil años de antigüedad, que ha sido clave para la teoría sobre el poblamiento de América.

De allí que se atreva a afirmar sin lugar a dudas que esa cultura originaria es más compleja de lo que se cree, que es milenaria y se destaca entre, entre otros aspectos, por los “kueles”, montículos ceremoniales que también se encuentran en otros lugares de las Américas.

Dillehay, hoy académico de la Universidad Austral de Chile (UACH), además ha trabajado intensamente en el yacimiento arqueológico de Monte Verde, situado cerca de Puerto Montt, al punto de llegar a decir que allí comenzó Chile. Lo hizo ya en 1977, cuando había que pedir permiso a la DINA para excavar en la zona junto a unos estudiantes, como recuerda, una época donde los “gringos de pelo largo”, como él, y los estudiantes de antropología, una carrera sospechosa para los militares, no eran precisamente bienvenidos.

Hoy Monte Verde es un lugar de al menos 15 mil años de antigüedad que, a pesar de su enorme valor arqueológico, sigue sin tener un museo propio, en contraste con otros sitios, como San Pedro de Atacama. En las inmediaciones, a unos 80 kilómetros, cerca de Osorno, además se encuentra el sitio de Pilauco, de antigüedad similar, famoso por el hallazgo de una huella humana de 15 mil años, la más antigua de América.

El Laboratorio de Colecciones de la Patagonia donde estará la colección de Monte Verde, se inauguró en el mes de febrero 2020.

Poblamiento de América

Sin embargo, la importancia de Monte Verde es que gracias a él se rompió una teoría clave: el paradigna de Clovis-First, relativo a que los primeros habitantes llegaron a América hace 13 mil años.

Gracias a sus investigaciones, quedó claro que debió ser con anterioridad a esta fecha.

“No fue tan difícil a determinar la edad. Lo difícil, para la mayoría de los colegas, fue aceptar la edad de Monte Verde. ¿Por qué? Luchas típicas de la ciencia y prejuicio de los norteamericanos”.

Incluso algunos afirman que la antigüedad del lugar podría llegar a los 30 mil años de antigüedad, pero Dillehay señala que para comprobar esto se requiere más evidencia.

En principio, Dillehay cree que los primeros humanos vinieron de Asia, entre 16 y 20 mil años atrás y probablemente por la costa pacífica.

Esto se cree, entre otras evidencias, gracias a sitios en lugares en Estados Unidos, como Oregon, Texas, Pennsylvania y Florida, con una data similar a Monte Verde.

“Obviamente la gente no llegó a Monte Verde en un cohete. Tuvieron que pasar del norte al sur”, apunta, al descartar, al menos en aquella época, un viaje a través del océano Pacífico.

Este viaje recién fue posible más tarde, como revela un estudio genético recientemente publicado en la revista Nature, según el cual los rapa nui e indígenas tuvieron contacto hace 800 años atrás.

Para Dillehay este contacto puede haber sido de ida y vuelta. “No se olvide que hay cerámica mochica (de Perú) en Galapagos, fechando cerca de 1.300 años atrás. La gente ya sabía cómo cruzar el océano” en aquella época.

Lo cierto es que para él un tema pendiente en Monte Verde es un museo que guarde los hallazgos arqueológicos. Hoy apenas hay un sendero turístico, obra de la UACH.

“No hay voluntad ni interés”, lamenta. “Con Mario Pino y otros colegas de Puerto Montt llevamos 22 años luchando por un museo. Hemos peleado mucho por eso. Hay uno nuevo para las momias en Arica, hay uno nuevo en San Pedro, uno nuevo en Copiapó, incluso en Coyhaique… pero nada en Monte Verde”.

“Es muy triste. No es la culpa del pueblo chileno, obviamente la gente lo quiere. La culpa es de las autoridades a nivel de gobierno local y regional. No tienen interés, es frustrante. Espero que lo construyan antes de que muera”.

Un kuel, montículo ceremonial, en Purén.

Cultura mapuche

Además de Monte Verde, Dillehay es un estudioso de la cultura mapuche, que para él es milenaria.

“Es probable que la cultura mapuche como la conocemos en la arqueología date por lo menos de 1.000-1.200 años atrás, y con sus antecedentes y antepasados mucho antes”, comenta, un ejemplo de lo cual son los montículos conocidos como “kueles”.

Su contacto con esta cultura comenzó en sus primeras visitas a Chile, al dar clases en la Universidad Católica de Temuco y asistir a varios ngillatunes, en 1975.

“Me interesó mucho, porque antes estuve trabajando en Perú, y también allí vi ceremonias públicas. Pero entre los mapuche hemos encontrado un rito más tradicional, un poquito más purista. Me gustó. Además los mapuches siempre me invitaron, me trataron muy bien”, recuerda. “Conozco casi todos los caminos desde Biobío hasta Chiloé, de la costa a la cumbre de los Andes”.

Ese conocimiento le permite afirmar que son una sociedad mucho más compleja y rica culturalmente de lo que se ha dicho hasta ahora.

“Los cronistas (españoles) hablaban de cazadores recolectores, pero se equivocaron, o fallaron al observar la cultura mapuche”.

Él recuerda que el centro más celebrado de la resistencia mapuche contra los españoles fue el valle de Purén-Lumaco, nombrado incluso por Alonso de Ercilla como “Purén Indómito”.

“Pero en este valle hay más de 320 kueles, algunos grandes, algunos agrupados. Hay kueles en otras partes, de la precordillera hasta la costa, desde Río Bueno hasta Chillán, aunque nada como Purén-Lumaco. Este siempre ha sido un centro de resistencia y liderazgo mapuche. El punto es que ningún cronista menciona estos montículos, la complejidad política-cultural mapuche en este valle”.

Estos kueles tienen una data de hasta 800 años de nuestra era, e incluso algunos se siguen usando hasta hoy.

Los kueles, como otros montículos en las Américas, ocupan un lugar sagrado e histórico de los paisajes étnicos y de sus identidades culturales, precisa Dillehay. “Pero lo increíble de los kueles mapuches es que hemos recogido datos etnográficos y arqueológicos que definen muy específicamente sus sentidos socioculturales y religiosos. No existe este tipo de data en otras partes del mundo”, destaca.

“El hecho de que los cronistas se perdieran la observación de este fenómeno en Purén-Lumaco levanta una duda: ¿qué más se han perdido?”, se pregunta.

Las imágenes de estos “camellones” pertenecen a una charla que Dillehay brindó, en el marco de un ciclo organizado por la UACH, denominada “La cultura y complejidad social prehispánica tardía de los mapuches”.

Plataformas agrícolas

Además de los kueles, hay lo que Dillehay llama “camellones”, que son plataformas agrícolas artificiales elevadas en los humedales de Purén-Lumaco, aunque también existen en el lago Budi.

“Es un tipo de ingeniería muy complicada de producir, y tenemos fechados algunos desde el siglo XII”.

Para el estadounidense, este tipo de monumentalidad –kueles y “camiones”– muestran un nivel de complejidad sociocultural mucho mayor al tipo cazador recolector, “sin duda”.

La función de los kueles era ser un lugar ritual y de ceremonias públicas, religiosas y políticas, las cuales sí eran profusamente descritas por los cronistas españoles. “Hoy en día los machis los utilizan, por el espíritu que vive dentro”.

Dillehay lamenta, sin embargo, que esta sea una tradición que se esté perdiendo, al igual que su religiosidad.

Herencia mapuche

A pesar de eso, para Dillehay es indudable el peso de la cultura mapuche en la chilenidad, al igual que el resto de los pueblos originarios. En su opinión, “ellos enseñaron a incas, luego los españoles y también a los colonos alemanes cómo vivir en este territorio”, porque a pesar de los conflictos, también hubo cooperación.

“Todos los pueblos originarios de Chile tienen su profunda historia e identidad étnica en el pasado y entre ellos había varias relaciones a través de mucho tiempo atrás. Hay que acreditar cada uno con sus contribuciones culturales y sociales a una porción de la formación sociocultural chilena”, subraya.

La genética además ha comprobado que los chilenos tienen entre 40% y 60% de ascendencia mapuche, según los estudios de Francisco Rothhammer y otros genetistas.

“Los chilenos tienen una porción de sus genes de los mapuches, especialmente los chilenos que nacieron en Chile Central y más al sur. Pero también la base tecnológica y el conocimiento economico y ecológico –y mucho más– del territorio chileno comienza con los mapuches y otros grupos étnicos. Son ellos los que sabían cómo producir quinoa, ajo, maíz, etc., mucho antes de la llegada española. Los mapuches y otros grupos establecieron los fundamentos de las relaciones entre humanos y el medio en Chile”, explica.

Arqueólogo en dictadura

Dillehay ha adquirido sus conocimiento tras casi medio de investigaciones en Chile, por lo cual también ha sido testigo de la historia reciente. Entre otros puntos, señala que sin duda actualmente hacer arqueología es mucho más fácil que durante la dictadura, cuando él comenzó.

“Era más difícil durante la dictadura, claramente. Cada vez que iba a terreno, en Temuco, en Valdivia, con las universidades, tenía que sacar fotocopia del carné de identidad de todos los alumnos, colegas y del mío, y pasar por la oficina de la DINA, en Valdivia o Temuco, dejando copia de todo, el día de salida, de regreso y de dónde íbamos a estar”, relata.

“Cuando estuve en Monte Verde tuve muchos problemas en dos sentidos con los militares. Primero, pasaban en helicóptero y a caballo, pensando que éramos del MIR. Todos esos antropólogos, arqueólogos en aquel tiempo, incluso yo mismo, teníamos pelo largo y barba. Éramos sospechosos”.

Además, “la antropología era una de las carreras más politizadas, igual que hoy”.

En segundo lugar, Dillehay debió ir varias veces a Santiago para conservar materia orgánica de los hallazgos y excavaciones.

“Tenía que conseguir químicos y tuve muchos problemas. Tuve que ir a la oficina de la DINA y conseguir permisos, porque me preguntaban si estábamos produciendo bombas”, recuerda.

Arqueólogos de la UACh expusieron en ciclo de Charlas Internas del Tribunal Ambiental de Valdivia

Los académicos de la Universidad Austral de Chile (UACh), Simón Urbina, Leonor Adán y Simón Sierralta, participaron de la tercera sesión del ciclo de Charlas Internas del Tribunal Ambiental de Valdivia, desarrollada vía videoconferencia.

En la oportunidad, los profesionales expusieron sobre  “Diversidad cultural del territorio meridional de Chile y explicaciones sobre las diferencias asociadas”, analizando los diversos hallazgos y la caracterización de los pueblos ubicados especialmente en la zona de jurisdicción del Tribunal.

El ciclo de Charlas Internas busca generar un espacio de discusión, con la incorporación de profesionales de diversas áreas, que permitan enriquecer las herramientas de profesionales y Ministros que trabajan en la resolución de diversas controversias medioambientales.

Para las próximas semanas, el Tribunal continuará con las Charlas Internas para abordar temáticas como los límites del control de la discrecionalidad técnica y  la participación ciudadana en el marco del SEIA, entre otros.

Estudio revela que Tagua Tagua fue el sitio con mayor diversidad de fauna del Chile de la Edad del Hielo

En Chile central, el registro fósil de fauna del Pleistoceno tardío (20 mil a 12 mil años atrás) es abundante: existen cerca de 32 sitios paleontológicos y arqueológicos dispersos a lo largo de este territorio tanto en costa, depresión intermedia como precordillera. Pero ninguno de estos sitios tiene parangón con Tagua Tagua: el sitio que albergó la mayor diversidad de fauna y megafauna para fines de la Edad de Hielo en nuestro país y que ni ayer ni hoy tiene un símil comparable.

Esa es la conclusión del estudio interdisciplinario del Núcleo Tagua Tagua, publicado en la revista Quaternary Science Reviews, donde por primera vez se hace un catastro, análisis e identificación de todos los registros fósiles encontrados en la zona -ubicada en la Región de O’Higgins- y que concluyó con la identificación de 28 especies (taxones) diferentes que incluyen moluscos, peces, anuros (ranas y sapos), reptiles, aves, roedores, mastodontes (gonfoterios o elefantes prehistóricos), caballos y cérvidos, lo que convierte a Tagua Tagua en el sitio más rico del Pleistoceno tardío (20 a mil a 12 mil años) de Chile hasta el momento.

La mayoría de estas especies siguen viviendo actualmente en la misma zona, otras restringieron su hábitat por cambios en el clima y otros -mastodontes, caballos y cérvidos- desaparecieron al finalizar la “Edad de Hielo”, lo que demuestra que la extinción masiva de especies que ocurrió en el mundo hace 10 mil años solo afectó a la megafauna o grandes animales, cazada ampliamente por los primeros humanos.

La mayor diversidad

A 8 kilómetros de San Vicente de Tagua Tagua, en el valle del Cachapoal, Región de O’Higgins, hace 12.600 años existió una gran laguna: tenía una figura elíptica de unos 13 kilómetros de largo y estaba rodeada de bosques con árboles frondosos que daban refugio no sólo a diversos animales, sino que a los primeros grupos de humanos que habitaron el país y que encontraron allí su alimento.

Rafael Labarca, académico de la Universidad Austral y líder de la investigación en la que participaron 11 científicos indica que, aunque estudios previos daban cuenta que Laguna de Tagua Tagua (drenada artificialmente en el siglo XIX) fue un sitio de gran diversidad de fauna, no existía hasta ahora un registro y análisis fósil detallado como el actual, que abarca todas las excavaciones y hallazgos hechos en la zona que tienen una datación de 20 mil a 12.600 años.

“Lo que muestra este estudio es que hay una diversidad de especies enorme y que es propia de ecosistemas lacustres. No sólo había mastodontes y megafauna caminando por el área, sino que mucha fauna pequeña que se conserva hasta hoy en el territorio nacional. El estudio revela, además, los cambios climáticos que se dieron en ese tiempo (fin de la Edad de Hielo o Pleistoceno tardío y época actual (Holoceno), donde se pasa de un período frío a uno más mediterráneo. Eso se ve en los fósiles, ya que algunos animales hallados son propios de zonas húmedas, boscosas o semiáridas actualmente”, dice.

Ciclo de charlas “Arqueologías desde el Sur”

La Escuela de Arqueología y la Dirección Museológica junto a la de la Universidad Austral de Chile invitan al primer ciclo de charlas “Arqueologías desde el Sur”. Este grupo de conferencias consta de 8 sesiones que se llevarán a cabo todos los viernes a las 19.00 hrs., en las que se ahondará en temáticas e investigaciones en torno al Cono Sur de América.

Las charlas se transmitirán por la plataforma Zoom. Inscribirte enviando un e-mail con tu nombre y correo a charlas.arqueologia.uach@gmail.com.

Si no pudiste asistir o quieres verlas nuevamente:

Dr. Simón Urbina

Dr. Gustavo Politis

…. vienen más.

“Historia y catástrofes: lecciones olvidadas”

Existe disciplinas dentro de las Ciencias Sociales y las Humanidades que estudian a nuestras y nuestros antepasados en toda su extensión y complejidad. Dentro del conjunto de las ciencias modernas, la arqueología y la historia han recuperado las páginas perdidas de nuestra trayectoria como especie (más de tres millones de años). El estudio de esa historia arqueológica que es al mismo tiempo diversa, fascinante y dramática, más allá de sus fines puramente científicos debe permitirnos contribuir al bienestar de la sociedad, especialmente en la actual emergencia sanitaria mundial, hacernos recordar lecciones olvidadas.

Dos ejemplos. El historiador peruano Lorenzo Huertas describe en Injurias del Tiempo (2009) numerosas epidemias que asolaron el virreinato del Perú en el siglo XVI -viruela, buba, sarna, caracha-, todas ellas registradas en la documentación colonial: en 1546 la epidemia fue general, en 1554 el reino de Chile fue afectado por la fiebre tifoidea, en 1560 la peste azotó a Potosí y en 1585 la viruela y el sarampión se apoderaron del Cuzco. Noble David Cook, otro historiador americano, analiza en La catástrofe demográfica andina, Perú 1520-1620 (2001) como las epidemias transmitidas desde Europa mermaron y transformaron decisivamente a la población sudamericana, especialmente dentro de los límites que entonces tenía el imperio Inca que incluían el sur de Ecuador, Perú, Bolivia, el noroeste de Argentina y el norte y centro de Chile.

Junto con las terribles consecuencias que tuvieron las epidemias desencadenaron procesos migratorios y de reconfiguración geopolítica cuyos efectos han modelado nuestro presente.

La sobrepoblación y hacinamiento, la pobreza, la falta de especialistas, infraestructura y sistemas hospitalarios en las grandes ciudades fueron problemas en aquel lejano siglo XVI como en el actual siglo XXI. Debemos recordar que muchas enfermedades de difícil manejo y contención han sido provocadas no sólo por efectos de la migración o invasiones, sino por cambios climáticos abruptos -sequías, aumento de precipitaciones y temperatura- lo cual debe hacernos reflexionar sobre la relevancia de la investigación, la planificación de nuestras ciudades y regiones, y la más relevante de todas las lecciones que debiéramos haber aprendido: dotarnos de un sistema de salud público capaz de sostener dignamente al conjunto de la población.



Simón Urbina A.
Director Escuela de Arqueología
Universidad Austral de Chile
Sede Puerto Montt

Las ciencias sociales y las humanidades a la intemperie

Durante las últimas dos décadas hemos presenciado en nuestro país creciente interés por el patrimonio, las tradiciones locales y regionales, no sólo jalonado por el criterio de más turismo y más actividades culturales. En un proceso complejo, junto con la creación de nuevas instituciones como el Ministerio de Las Culturas, Las Artes y El Patrimonio, el fortalecimiento paulatino de museos, creación de oficinas regionales del Consejo de Monumentos Nacionales y el apoyo a “otras” organizaciones culturales, se ha declarado desde el Estado la irrelevancia de las humanidades, la historia y la filosofía, en un vaivén de decisiones políticas que acusan la supeditación de educación chilena a fines tecnocráticos y economicistas de escasa proyección, pero aparentemente de alta rentabilidad monetaria. ¿Cómo entender esta situación aparentemente contradictoria?

En mi opinión, sopla con una fuerza centenaria un viento que parece incontrarrestable, el cual busca centralizar más que conectar la economía de cada una de las regiones de nuestro país a los requerimientos de los mercados internacionales. Tal situación termina por definir prioridades sobre los perfiles, rubros y ocupaciones profesionales; patrones de sobreexplotación de los recursos naturales y culturales de nuestro país, socavando el interés por las ciencias sociales y las humanidades allí donde aparentemente estas materias no son prioritarias en términos productivos o de empleo. Quizás, cuando las crisis sociales no tienen explicaciones suficientes en las ciencias naturales y no basta el uso de indicadores ecológicos o económicos, se buscan respuestas en los análisis y razonamientos sociológicos, históricos y arqueológicos, muy de vez en cuando.

Ese viento sopla sobre un Chile anclado a un sistema político y territorial centralizado, de apariencia monárquica en la forma en que las elites metropolitanas heredan el poder y sujetan las provincias, en el que se definen y proyectan las políticas desconsiderando a los gobiernos locales y a la ciudadanía en general, que decir de la población rural. En ese esquema la investigación y la orientación de las humanidades y las ciencias sociales parecen postergadas o al servicio de nuestra autoimpuesta geografía económica, la que memorizamos del atlas del IGM, la de un país dependiente de la extracción y exportación de materias primas escasamente elaboradas y con un sistema financiamiento a la investigación en estas áreas, como en muchas otras, que depende de esos recursos: del royalty a la minería principalmente (Ley 20.026 o Royalty II). ¿Qué consecuencias ha tenido y tiene nuestra dependencia económica, el centralismo y la falta de interés por las ciencias sociales y humanidades?

Primero, falta de oportunidades para estudiar y desempeñarse profesionalmente en regiones distintas a la metropolitana, ya sea por la falta de oferta académica, de escuelas, de tradición, de crítica intelectual o porque no existe una demanda asociada a estos rubros, un público, una audiencia, unos consumidores. Durante la segunda mitad del siglo XX, la formación profesional en arqueología, ha ocurrido en Santiago y ello, como es obvio, con escaso y fugitivo conocimiento de las realidades distantes a la capital. En regiones, el trabajo de mayor demanda ha sido en un formato independiente, la consultoría, el que ha funcionado bajo la permanente paradoja de contextos laborales precarios y desregulados, que redundan por su discontinuidad y escaso vínculo con las comunidades y territorios donde se ejerce, en la generación de conocimiento fragmentario, repetitivo, de escasa profundidad analítica y teórica.

Utilizar como argumento el bajo nivel de empleabilidad y bajos salarios no es suficiente para explicar cómo un país tan diverso como el nuestro ha optado por centralizar gran parte del quehacer formativo, científico e intelectual de las ciencias sociales y las humanidades en un puñado de ciudades. Si bien las universidades regionales ofrecen hoy una alternativa real para la generación de conocimiento “situado”, ese proceso emergente requiere de nuevas decisiones que fortalezcan su labor descentralizada, su vinculación interregional e integración con las dinámicas y prioridades regionales, asegurando la formación de nuevas/os profesionales y la apertura de nuevas zonas de investigación.

Estamos ante un gran desafío, abandonar nuestro refugio, reconociendo que existen, y han existido, otros vientos que soplan en los distintos territorios de nuestro país y que, en ese proceso, debemos sumarnos al debate público, fortalecer nuestras instituciones educativas y las organizaciones ciudadanas y comunitarias que son las llamadas a transformar nuestra realidad, nuestro futuro y nuestras propias disciplinas.

País Lobo

El Calbucano

Arqueología UACh desarrolla Proyecto para poner en marcha Laboratorio y Centro de Interpretación de la Patagonia

A través de una iniciativa del Vicerrector de la Sede Puerto Montt de la Universidad Austral de Chile, Dr. Renato Westermeier, quien desde hace varios años ha sido un fuerte promotor para que las piezas del Sitio Arqueológico de Monte Verde sean devueltas a la comuna de Puerto Montt, nace la idea de que sean depositadas en un “Laboratorio de Conservación” y al mismo tiempo, las réplicas sean puestas al conocimiento de la comunidad local, de la región y el mundo en un “Centro de Interpretación”. Simultáneamente con esta idea, la autoridad universitaria lidera la creación de la carrera de Arqueología en la Sede Puerto Montt que comenzó este 2019 su primer año académico y que hoy día cuenta con el descubridor de Monte Verde, hasta ahora el asentamiento humano más antiguo de América, Tom Dillehay como su académico.

El proyecto “Centro de Interpretación y Laboratorio de Conservación y Documentación de Colecciones de la Patagonia”, que es la primera etapa en proceso de concreción de esta iniciativa es dirigido por la Arqueóloga Javiera Letelier, docente de la Escuela de Arqueología y cuenta con el cofinanciamiento del Ministerio de la Cultura las Artes y el Patrimonio en la línea de infraestructura, permitirá generar un polo de atracción hacia la arqueología local que se extiende a más de 14 mil años. El objetivo de éste es el resguardo, estudio y difusión del patrimonio cultural y arqueológico del Sur Austral de Chile. Contempla la gestión del patrimonio arqueológico, involucrando para estos efectos el desarrollo de investigación científica, gestión de colecciones arqueológicas, docencia universitaria y vínculo con la comunidad local y regional.

Esta iniciativa es la concreción de un primer proyecto postulado en el año 2016 que se enfocó al diseño arquitectónico de infraestructura, financiada por el entonces Consejo Nacional de la Culturas y las Artes (CNCA), elaborada por el destacado arquitecto, y premio Nacional de Arquitectura 2016, Edward Rojas.

Luego de la fase de diseño, se priorizó en la segunda etapa, la búsqueda de financiamiento para la construcción del laboratorio y depósito de colecciones arqueológicas, considerando la falta de depósitos arqueológicos a nivel nacional y regional que impiden actualmente el traslado de colecciones a sus localidades de origen, como es el caso de la colección del Sitio Monte Verde, Piedra Azul e Isla Tenglo. Adicionalmente, el desarrollo de la Carrera de Arqueología en la Sede Puerto Montt de la UACh, podrá utilizar este espacio con fines de docencia, gestión de colecciones, investigación y difusión a la comunidad regional.

La actual fase de construcción del laboratorio y depósito arqueológico es ejecutado desde comienzos del primer semestre de 2019, para ser inaugurada los primeros meses del 2020, cubrirá los costos obra gruesa e infraestructura del laboratorio.

El proyecto “Centro de Interpretación y Laboratorio de Conservación y Documentación de Colecciones de la Patagonia” cuenta con un financiamiento del Ministerio de la Cultura las Artes y el Patrimonio de $98.812.247 y un cofinanciamiento de la Universidad Austral de Chile Sede Puerto Montt de $80.629.029 más unos 30 millones de pesos en la implementación y mobiliario.

Según indicó la arqueóloga Javiera Letelier “en Puerto Montt, a parte del Museo Juan Pablo II, no hay espacios reales para poder salvaguardar colecciones arqueológicas, muchas se van al Museo regional de Ancud o fuera de la región, por lo tanto, será un aporte para la arqueología regional y en Chile”. Algo relevante que destaca la académica, es que el depósito del laboratorio, después de ser implementado será inscrito ante el Consejo de Monumentos Nacionales para que sea formalmente aceptado para la conservación de las colecciones.

 El Laboratorio

Este espacio se emplaza en una propiedad ubicada en Balneario Pelluco, que colinda y estará conectado a través de jardines con el Campus Ciencias de la Salud de la Universidad y tendrá su ingreso por la calle Liborio Guerrero. El Laboratorio se compone de una construcción nueva de 103.15 m2, la cual considera un depósito para albergar diversas colecciones vinculadas al territorio de la Patagonia, entre ellas las colecciones del sitio Monte Verde. Es una obra contemporánea de dos niveles. En un primer piso, cuenta con un laboratorio, oficina y baño de investigadores y, en un nivel inferior, el depósito climatizado.

La misión del “Laboratorio de conservación y documentación de colecciones de la Patagonia” será conservar, interpretar y contextualizar el patrimonio a su cargo para sus diversos usuarios, por medio de la adecuada gestión y profesionalización de sus actividades. Este espacio dependerá de la Escuela de Arqueología y para lo cual se estima un/a profesional del ámbito de la conservación que pueda atender los requerimientos y hacerse cargo de las colecciones de forma permanente, bajo las mismas normas que utiliza la Universidad en sus distintos museos en Valdivia y Frutillar, los cuales siguen estándares internacionales en cuidado, gestión y difusión patrimonial.

Este espacio será utilizado tanto por académicos de la UACh, estudiantes, como investigadores/as que venga a Puerto Montt a estudiar las colecciones

 La tercera etapa es el Centro de Interpretación

Al respecto el Director de la Escuela de Arqueología Dr. Simón Urbina destacó que este espacio es tan relevante como el primero, no obstante no podía postularse en 2019 junto con el laboratorio, debido al elevado costo y los límites en los fondos del concurso. Nuestra voluntad es “postular con el Centro de Interpretación apenas terminemos con el Laboratorio y éste se ponga en marcha. Esta etapa será la más relevante en el contexto de la vinculación con la comunidad local, en especial estudiantes, turistas y público en general” indicó el académico.

Para este Centro de Interpretación, siguiendo con el diseño propuesto por Edwar Rojas, se reciclará una vivienda contigua al laboratorio de la que se mantendrá completamente el cascarón, nivelando pisos y realizando pequeñas ampliaciones para generar dos grandes salas en el primer piso. La primera contendrá una exposición permanente en donde se resaltará a nivel histórico el desarrollo de las poblaciones humanas en la Patagonia y en nuestra región en particular desde los inicios del poblamiento americano hasta la actualidad, con énfasis en el medio social, cultural y ambiental de nuestra región En tanto, la segunda sala, será para exposiciones transitorias y talleres enfocados al vínculo con la comunidad y el público general que buscará de forma permanente mostrar diversas expresiones en torno a la cultura y el patrimonio y realizar diversas actividades en relación con la puesta en valor del patrimonio local. El segundo piso, serán destinadas a oficinas de la Escuela de Arqueología y una sala de reuniones.

Fuente: El Calbucano

Novedades de ciudad Rey Don Felipe

En “El Magallanes” de Punta Arenas, la periodista de la Prensa Austral, Claudia Caballero, da a conocer inicio de las excavaciones arqueológicas en el asentamiento urbano Rey Don Felipe o “Puerto del Hambre”, ubicado frente al estrecho de Magallanes y fundado por la expedición de Sarmiento de Gamboa en 1584.

El estudio de este sitio está enmarcado en la alianza entre los proyectos: FONDECYT Iniciación N° 11160141 «La Historia de los incas de Pedro Sarmiento de Gamboa en la perspectiva de los estudios andinos: hacia una reconstrucción de su historia textual», liderado por la Dra. Soledad González (UBO), y el proyecto «Primeros asentamientos urbanos en el estrecho de Magallanes: evaluación arqueológica y geofísica de Rey Don Felipe (Puerto del Hambre)». (Fondart Regional Folio No. 488221), liderado por el Dr. Simón Urbina (UACh).
En estas iniciativas participan la Universidad Bernardo O’Higgins, Universidad Austral de Chile Sede Puerto Montt a través de su Escuela de Arqueología, Universidad de Magallanes, y la Fundación Patagonia Histórica a través de Parque del Estrecho de Magallanes y Centro IDEAL UACh.

– Se trata de una iniciativa conjunta entre la Universidad Austral de Chile, la Universidad de Magallanes y el Parque del Estrecho, financiada por un proyecto Fondart de Investigación en Patrimonio Cultural.

– La península donde se ubica el sitio arqueológico cuenta con registros humanos desde el Holoceno Medio, por lo que representa un espacio de alto potencial para comprender un gran período de la historia humana en el estrecho de Magallanes

Hace 48 años que no se realizaban estudios arqueológicos en el territorio que hoy comprende el Parque del Estrecho. Este año está terminando esa etapa, con el desarrollo del proyecto Fondart Regional de Investigación en Patrimonio Cultural para el reconocimiento de los “Primeros asentamientos urbanos en el estrecho de Magallanes: evaluación arqueológica y geofísica de Rey Don Felipe” que se ejecuta en el sector comúnmente conocido como Puerto del Hambre.

A cargo está el arqueólogo magíster en Historia de la Universidad Austral de Chile, sede Puerto Montt, Simón Urbina, y es coordinado en el Parque del Estrecho por la bióloga Paulina González, quienes comenzaron esta semana junto a un equipo interdisciplinario el trabajo en terreno de la investigación, que propone reevaluar arqueológicamente este asentamiento urbano fundado por colonos españoles en la expedición de Sarmiento de Gamboa en 1584. Uno de los objetivos que persigue el Parque del Estrecho con el desarrollo del proyecto es contar con insumos basados en evidencia científica para la toma de decisiones en el parque, debido a la relevancia histórica que tiene para todas las etapas del desarrollo humano ligado al estrecho de Magallanes, que cuenta por lo menos con 7 mil años de historia, comentó el gerente del recinto, Randy Twyman. La investigación propone una estrategia multidisciplinaria para realizar un trabajo de re levamiento arqueológico y arquitectónico de campo, análisis tipológicos arqueométricos sobre restos materiales como cerámica y restos orgánicos y la exploración geofísica del sitio para documentar elementos constructivos en el lugar u otros rasgos subsuperficiales, en el caso de que logren encontrar fosas funerarias, zanjas arquitectónicas, fogones u otros similares explicó Urbina. En estos 48 años, comentaron en terreno, no sólo ha avanzado la tecnología, sino que también ha cambiado la mirada que se imprime en los estudios, prueba de ello es la labor que realizan simultáneamente arqueólogos, antropólogos, biólogos, ingenieros e historiadores en un trabajo donde se interconectan todas las distintas disciplinas.

Monumento histórico El sitio arqueológico, ubicado a 56,3 kilómetros al sur de Punta Arenas, está protegido desde 1968 por la Ley de Monumentos Nacionales en calidad de Monumento Histórico Nacional (Decreto Nº 138) y se encuentra próximo al Fuerte Bulnes fundado en 1843 bajo la Presidencia de Manuel Bulnes. El proyecto propone una colaboración de investigadores de la Universidad Austral de Chile y Universidad de Magallanes. El equipo liderado por Urbina lo integran también por la Universidad Austral la arqueóloga e historiadora Leonor Adán, los arqueólogos Simón Sierralta y Constanza Cortés, la profesora de Historia Soledad González y la estudiante de cine y televisión Tamara Katz. Por la Universidad de Magallanes participa el arqueólogo Alfredo Prieto. Desde la perspectiva territorial, los contenidos generados por el proyecto destacarán la importancia del estrecho como espacio de articulación cultural y su papel crucial en la historia bioceánica a escala global y local. La publicación ilustrada con la que concluye la investigación aportará contenidos a la conmemoración del aniversario del viaje de Magallanes que cumple 500 años en 2020 y que considera distintas conmemoraciones y actividades en la región, en Punta Arenas y en otros países del mundo.

Difusión a la comunidad Este estudio generará nueva información científica para el análisis actualizado del asentamiento y lo que busca es concretar su difusión hacia la comunidad. Para ello, se realizarán charlas, impresos y una publicación final con los resultados obtenidos, en vínculo con Parque del Estrecho de Magallanes (Patagonia Histórica), el Museo Regional de Magallanes y el Centro Ideal. Cuenta con una inversión superior a los 20 millones de pesos. Junto a Twyman, el vicecónsul de España en Punta Arenas Rodrigo Fernández y el representante del Círculo Español de Magallanes Alfredo Barbería, comentaron la importancia del nuevo conocimiento que se adquiera del sitio arquitectónico para su resguardo. Destacaron la importancia de compartir los resultados y comentaron de la importancia que reviste que la comunidad se comprometa en el cuidado de este importante sitio histórico. En ese sentido, Simón Urbina explicó que un hallazgo por sí solo no presta ninguna utilidad a la investigación porque la arqueología investiga los elementos en su contexto. “Que nos entreguen algo en la mano fuera de su lugar es como si nos dieran una hoja arrancada de un libro”, ejemplificó, llamando a la comunidad a no dañar el importante campo de estudio.

Por Gabriela Quintana R.

Declaración Pública

Las y los académicos de la Escuela de Arqueología de la Universidad Austral de Chile, Sede Puerto Montt, manifestamos nuestra honda preocupación sobre la crisis institucional develada por la actual movilización de la sociedad chilena en todo el país.

Rechazamos tajantemente 1) la declaración de estado de emergencia y el toque de queda en distintas ciudades de nuestro país, incluyendo Puerto Montt, Osorno y Valdivia; 2) la violencia  ejercida por carabineros y personal de las fuerzas armadas contra la población civil; y 3) cualquier otro hecho de violencia en medio o derivadas de las manifestaciones. Deploramos y condenamos la alusión del presidente de la República relativa a un supuesto estado de guerra en Chile.

Asumimos que las demandas que hoy se exigen de forma masiva han sido discutidas y debatidas sin resultados legislativos profundos durante los últimos treinta años. Nuestros representantes en los gobiernos locales, regionales, en el parlamento, se han encontrado reiteradamente con el férreo cerrojo constitucional heredado por la dictadura cívico-militar y con los parámetros del modelo neoliberal que han generado una sociedad segmentada en términos socioculturales y geográficos, que naturaliza la desigualdad y la injusticia. Esta estructura ha permeado e intentado
hegemonizar nuestra vida republicana y democrática, la de nuestras familias, barrios, universidades, nuestras asociaciones y agrupaciones comunitarias, atomizando y asfixiando nuestra convivencia y comprometiendo el bienestar colectivo presente y futuro del país.
La arqueología es una ciencia que estudia el cambio cultural e histórico, razón por la cual como formadores de futuros/as profesionales de las ciencias sociales y humanas apoyamos la legítima reivindicación de derechos perdidos en el último medio siglo en nuestro país y expresamos nuestra convicción sobre la necesaria reconfiguración de nuestra inequitativa estructura socioeconómica, cultural y territorial, lo cual involucra transformar el esquema centralista del Estado de Chile, así como la arquitectura tributaria que lo sustenta.

Como miembros de la comunidad universitaria y trabajadores de la educación superior, ofrecemos nuestro conocimientos y compromiso para aportar a la reflexión y discusiones a las que estamos ineludiblemente convocados hoy.

Simón Urbina
Javiera Letelier
Rafael Labarca
Tom Dillehay
Pablo Rojas

Escuela de Arqueología
Sede Puerto Montt

Universidad Austral de Chile.

Declaracion_Publica_EARQ_UACh_2019

Por Gabriela Quintana R.